Cuando la Princesa Winter tenía trece años, el rumor alrededor de la corte Lunar hablaba de que su glamour pronto sería aún más impresionante que el de su madrastra, la Reina Levana. En un arranque de celos, Levana desfiguró a Winter. Cuatro años después, Winter ha renunciado a la utilización de su glamour por completo. A pesar de sus cicatrices, la belleza natural de Winter, su gracia, y su gentileza ganan más admiración de la gente Lunar que podría lograr cualquier control mental.

Winter desprecia a su madrastra, pero nunca se ha atrevido a enfrentarse a ella. Eso es así, hasta que se da cuenta que quizás es la única con el poder necesario para confrontar a la reina.